PAULA BURCHARD // EL GALLO, SÍMBOLO PODEROSO
PAULA BURCHARD // CHILE
Por Mónica Silva Monge. Periodista Universidad de Chile
Paula Burchard Señoret nació en medio de pinceles y aguarrás. Su abuelo Pablo Burchard y su madrina Henriette Petit, ambos pintores, acompañaron sus primeros trazos. Siendo niña recibió clases de la destacada pintora Margot Guerra. Toda su vida ha estado ligada a la pintura y ha invertido tiempo y otros recursos en el estudio y aprendizaje del arte. Estudió dos años de su etapa escolar -1967 a 1969- en la Escuela Experimental Artística de Santiago, periodo en que hizo cursos de xilografía con la artista María Luisa Señoret.
El primer premio obtenido en 1968 en el Concurso de Estudiante Latinoamericano de Grabado reafirmó la vocación de Paula, entonces de 15 años. Sin duda, el arte desciende hasta ella desde muchas generaciones atrás, pobladas por reconocidos arquitectos, ceramistas, paisajistas, grabadores y maestros de otras expresiones visuales, además de plumas literarias privilegiadas. Pero, sobre todo, Paula Burchard desciende de almas rebeldes y libertarias.
A tono con su talante rebelde, a los 17 años quiso independizarse de sus padres y postuló a una de las becas ofrecidas a jóvenes de su país por el gobierno cubano, titulándose en 1976 como médica y cirujana en la Universidad de la Habana. Mientras ejercía en hospitales durante el día, el resto del tiempo se perfeccionaba, participaba en talleres de pintura y daba vida a numerosas obras. De regreso en Chile, se desempeñó como médica anestesióloga en un hospital público, atendiendo a su compromiso con las personas más desamparadas, aunque sin hacer abandono del mundo de la pintura.
Es así como en 2007 tomó clases con el pintor Manuel Gómez Hassan, y en 2008 realizó un diplomado en Psicoplástica en la Universidad Católica de Chile (UC), motivada por imágenes que anidaban en su subconsciente y aparecían una y otra vez en sus pinturas. También en 2008 recibió clases de pintura del profesor de la UC, Ricardo Fuentealba. En 2009 realizó un largo curso de óleo en la Sociedad Nacional de Bellas Artes (La Alhambra) con el profesor Raúl Herrera y paralelamente, un taller de xilografía con Tito Calderón. En los años siguientes efectuó varios cursos de grabado y pintura con distintos maestros, incluyendo un diplomado en Arte con Mención en Grabado en la UC en 2016. Paula está entre quienes fundaron en 2016 el Taller Dardignac 213, un espacio independiente de creación y exposición en torno al grabado, en una comuna de gente de recursos bajos y medios, de Santiago.
Ha realizado exposiciones individuales y colectivas en su país y otras internacionales, como cuatro exhibiciones de arte postal en Oklahoma, EE. UU., el International Mail Project, así como en la galería Mombo Art, y en la Plataforma Vértices, en la zona austral de Chile. Paula Burchard participó en la 3ª Exposición Internacional Arte Emergente Mombó Art, en Sevilla, con grabados realizados con diferentes técnicas y collages. En esta muestra colectiva de mayo de 2021, mostró obras en blanco y negro y también aquellas en colores.
Paula Burchard y la simbología del gallo
Los gallos aparecen como protagonistas en su obra, y no es de extrañar. En la primera sesión del diplomado de psicoplástica, apareció en su mente la mano del abuelo pintor –con su olor a la cebolla que solía pasar por la tela, y a trementina– guiando su mano de niña de 4 años: le ayudaba a dibujar un gallo. Ese día, a la salida del taller y caminando por ese jardín sembrado de estatuas, una lagrima cayó sobre mi mano. Era mi abuelo que lloraba porque estaba quedando ciego, relata Paula. Ella cree sentir que el gallo que le pide a ella que pinte, va a anunciar la luz que desaparecía de sus ojos, que el triunfo de la luz sobre las tinieblas y no solamente de sus ojos, era esencial para el abuelo y le estaba transmitiendo su profunda espiritualidad, libertad y amor a la pintura.
El gallo como símbolo es muy poderoso y hasta podría considerarse una imagen arquetípica; está presente en numerosos mitos y leyendas e inclusive en rituales de la historia muy relacionados con la religiosidad, con la alquimia de las transformaciones espirituales, el libre pensamiento, el amor a la libertad e independencia, la pasión, la sangre, la lujuria, la fuerza del macho, la compasión, el amor a la naturaleza y a los animales.
“El gallo como imagen, me ha fascinado siempre -dice enfática- por sus colores y desplante, pero la percibí como alejada de mi experiencia personal consciente. Sin embargo, al estimular mi inconsciente, apareció esta imagen escondida, que hasta ese momento era inexplicable”. El impacto de ese ejercicio de conciencia resultó muy poderoso. Fue como escuchar la voz del pasado haciendo que apareciera algo nuevo, lo que quizás podría llamarse una experiencia numinosa, como si se hubiese activado el nivel mágico de algún arquetipo, como un campo de energía intensificado o algo similar en relación con este símbolo, y que podría evocar la totalidad de ese arquetipo.
El proceso de una individuación es una lucha-diálogo entre el yo y el inconsciente, con el objetivo de llegar a un nivel de conciencia superior, donde aparecen diversos símbolos e imágenes arquetípicas, que están ahí, y que los complejos y las sombras inherentes al yo, se esfuerzan por ocultarlas. Hay que entrar a negociar con la sombra, complejos y otros velos para de esta forma, lograr una individuación y permitir que aparezca el self o el sí-mismo.
Por lo importante que es la individuación, Paula piensa que todo el mundo tiene un nexo con los gallos, que tienen muchas conexiones con el inconsciente colectivo, ya sea desde el punto de vista filosófico, religioso, o incluso en la vida diaria al llamar a la luz desde las tinieblas.
“Las otras imágenes que represento, como los unicornios o bien, rostros humanos, son oníricas, pero más allá de lo que representan, pretendo mostrar lo que no representan, es decir, lo que está oculto detrás. Me gusta ver cómo lo interpreta la gente. Para mí, las obras de arte se van develando en la medida que las vamos viendo, pues las imágenes van haciendo sentido, no ya en lo que estás mirando, sino en lo que no estás viendo en ellas”
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