ANITA ARATHOON

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Anita Arathoon es una artista plástica contemporánea. Actualmente vive en Guatemala, país donde nació hace 37 años. Su amor y pasión por el arte es evidente.

Anita tiene la creencia que el arte se lleva en las venas, y poco a poco, se va desarrollando y expresando. “Todos hacemos arte, todos somos artistas, solamente hay personas que desarrollan más la habilidad de expresarlo y materializarlo”.

En la entrevista que le hicimos, Anita nos cuenta como ha sido su trayectoria y carrera como artista plástica de arte contemporáneo en América Latina:

¿De dónde surge tu amor al arte?

Mi amor y pasión al arte se desarrolló prácticamente desde que nací. Mi padre era un amante del arte prehispánico, un autodidacta de la cultura Maya y Olmeca. Siempre me enseñaba todas sus referencias bibliográficas de estas dos culturas que se desarrollaron hace siglos en Mesoamérica. También coleccionaba arte guatemalteco. Recuerdo que desde muy temprana edad me llevaba a las exposiciones de arte, en donde conocí a varios artistas de la época y tuve exposición al mundo artístico.

Conocí a través de la colección de mi padre a varios artistas de la región y su trayectoria, ya que era temático y compraba obras de los mismos artistas en diferentes épocas de sus carreras.

¿Cuándo decidiste dedicarte al arte como profesión?

Soy mercadóloga de profesión. Aunque toda la vida he recibido cursos independientes de arte, fue hasta 2013 que estudié en la Escuela Nacional de Artes Plásticas en Guatemala. Mis dos grandes profesores, el Maestro Fernando Valdiviezo y el Maestro Hugo Saravia me dieron varios cursos de dibujo y pintura, los cuales fueron una base muy importante. Durante el 2016 al 2021 me interesé por el arte contemporáneo. Era muy tímida al principio y solo hacía piezas para mi familia y amigos cercanos, sin embargo mi esposo Mario, me apoyó y empujó para lanzar mi primera colección al público durante 2019. Puedo decir que finalmente después de varios años, decidí dedicarle a mi obra varias horas al día. Es mi pasión, y tengo la gran fortuna de poderme dedicar a ello.

¿Cómo es ser artista de arte contemporáneo en América Latina?

Mi madre es una gran mujer, abogada pero también artista. Ella me enseñó que las mujeres somos capaces de crear cualquier cosa que nos propongamos. Es una mujer polifacética y simplemente crecí con su ejemplo, siendo éste que no hay límites y si nos proponemos podemos llegar a donde queramos. Esta no es la situación de todas las mujeres de América Latina y Guatemala. Vivimos en un país en donde las oportunidades para las mujeres muchas veces son desiguales o incluso nulas, sin embargo me inspira a través del arte, demostrarle a todas las mujeres de mi país y de la región que somos capaces de alcanzar la luna si así lo decidimos. Los artistas tenemos una misión: hacer este mundo más bello y más humano, y como

mujeres debemos apoyarnos para salir adelante. Algunas personas me han preguntado recientemente ¿a dónde quieres llegar con tu arte? Es una respuesta compleja, pero la primera que me viene a la mente es: me encantaría ser la próxima Anish Kapoor, siendo un artista hombre, me encantaría que hubiesen más mujeres artistas no solamente en Latinoamérica, pero en el mundo que se destaquen como lo ha hecho tan honorable artista.

Desde que comencé no le tengo miedo al “no”. Estoy constantemente investigando acerca de concursos internacionales y bienales alrededor del mundo, y sin pensarlo dos veces, mando a concursar piezas; claro que la respuesta no siempre es positiva, pero de eso se trata, de romper paradigmas, romper fronteras, y sobretodo positivamente influenciar a través del arte a muchas personas: ya sea creando piezas que decoren ambientes, vistan paredes, inspiren a más personas y sobretodo darles a las mujeres un mensaje de resiliencia y pasión.

Recientemente fui seleccionada para exponer en la Bienal de Florencia y me encantaría compartir el fragmento que escribí, no me considero feminista, sino más bien, entiendo que la igualdad de género es imposible, ya que las mujeres somos muy diferentes a los hombres, pero me encantaría un mundo con igualdad de oportunidades.

Para la Bienal de Florencia nos pidieron desarrollar una pieza que se expresara en base al siguiente tema: Femenidad Eterna, Eterno Cambio

“Mujeres: fuertes, resilientes, amantes del arte y de la vida. La pieza construida de

metal, simbolizando la fortaleza femenina.

 

Su forma creada a partir de un triángulo, dividido en dos que simboliza la integridad

de la mujer, en su cuerpo, alma y mente y la división la dualidad en que se enfrenta.

 

Vivimos en una realidad, en donde la mujer está floreciendo, tratando siempre de tener

un balance entre su femenidad y a la vez igualdad de oportunidades. La pieza

representa esa fuerza que muchas veces nos entierra los pies, tratando de crear

estabilidad alrededor, pero a la vez extendiendo las alas para volar alto.

 

Los colores negro y rojo representa a la magia y al misterio. En la mayoría de

ocasiones nos representan con colores suaves y tenues, pero en esta ocasión el color

negro o rojo simboliza esa confianza y solemnidad de la que estamos construidas”.

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Ramón Jiménez Lobo